domingo, 26 de agosto de 2007

Ideas sobre la novela: Dostoyevski

José Ortega y Gasset es un pensador español que ha dejado su impronta en diversas áreas del conocimiento. En el año 1925 escribió "Ideas sobre la novela". En este ensayo analiza las características de la novela y sus diversas expresiones, tomando en cuenta la función, la forma y el contexto histórico.
El siguiente pasaje está dedicado a Dostoyevski.


No duele nunca a Dostoyewsky llenar páginas y páginas con diálogos sin fin de sus personajes. Merced a este abundante flujo verbal, nos vamos saturando de sus almas, van adquiriendo las personas imaginarias una evidente corporeidad que ninguna definición puede proporcionar.
Es sobremanera sugestivo sorprender a Dostoyewsky en su astuto comportamiento con el lector. Quien no mire atentamente creerá que el autor define cada uno de sus personajes. En efecto, casi siempre que va a presentar alguno comienza por referirnos brevemente su biografía en forma tal, que nos parece poseer, desde luego, una definición suficiente de su índole y facultades. Pero apenas comienza, en efecto, a actuar -es decir, a conversar y ejecutar acciones-, nos sentimos despistados. El personaje no se comporta según la figura que aquella presunta definición nos prometía. A la primera imagen conceptual que de él se nos dio, sucede una segunda donde le vemos directamente vivir, que no nos es ya definida por el autor y que discrepa notablemente de aquélla. Entonces comienza en el lector, por un inevitable automatismo, la preocupación de que el personaje se le escapa en la encrucijada de esos datos contradictorios, y, sin quererlo, se moviliza en su persecución, esforzándose en interpretar los síntomas contrapuestos para conseguir una fisonomía unitaria; es decir, se ocupa en definirlo él. Ahora bien: esto es lo que nos acontece en el trato vital con las gentes. El azar las conduce ante nosotros, las filtra en el orbe de nuestra vida individual sin que nadie se encargue oficialmente de definírnoslas. En todo momento hallamos delante su realidad difícil, no su sencillo concepto. Y este no poseer nunca su secreto suficiente, esta relativa indocilidad del prójimo a ajustarse por completo a nuestras ideas sobre él, es lo que le da independencia de nosotros y nos hace sentirlo como algo real, efectivo y trascendente de nuestras imaginaciones.
Por donde llegamos a una advertencia inesperada: que el "realismo" -llamemósle así para no complicar- de Dostoyewsky no está en las cosas y hechos por él referidos, sino en el modo de tratar con ellos a que se ve obligado el lector. No es la materia de la vida lo que constituye su "realismo", sino la forma de la vida.

2 comentarios:

Martín dijo...

Hola, me gustó mucho este fragmento que aumentó mis ganas de adentrarme en el mundo de Dostoyevski, pospuesto hace tiempo.

No menos placer me causó el video de Cortázar, con quién también tengo deudas pendientes.

Esperando saldarlas pronto, un saludo y que sigan los buenos posteos.

tennisjournalist dijo...

Muchas gracias.
Cuando puedas no dudes en leer a Dostoyevski, porque es un autor que no se puede pasar por alto. Sus novelas son magistrales.