martes, 23 de octubre de 2007

Elecciones presidenciales en Argentina

Falta menos de una semana para que se realicen las elecciones presidenciales en la República Argentina. Esto haría suponer que habría un fuerte clima electoral. Sin embargo, no es así. La ciudadanía está inmersa en una apatía generalizada. Pareciera que el voto es sólo un mero trámite con el que hay que cumplir. Nada más que eso.
Las causas de este fenómeno son variadas. Una de ellas es la conciencia generalizada de la victoria de la candidata oficialista, Cristina Fernández de Kirchner, esposa del actual presidente, en la primera vuelta. Aún los candidatos de la oposición lo creen. En la Argentina, para ganar en primera vuelta un candidato debe obtener más del 45% de los votos, o habiendo obtenido por lo menos el 40%, aventajar por 10 puntos al segundo. Las condiciones son menos exigentes que en el resto del mundo; se deben a la reforma constitucional de 1994 impulsada por el ex presidente Carlos Menem para permitir la reelección presidencial. Todas las encuestas dicen que Cristina, tal como es llamada habitualmente la candidata oficialista, alcanza el porcentaje exigido. Amparada en los datos favorables, la estrategia de Cristina Fernández de Kirchner ha sido enfriar la elección. Por eso es que no habla con los medios de prensa, o lo hace ocasionalmente, y se opuso a participar en un debate que la hubiera enfrentado con los principales candidatos opositores. Para no perder votos se transformó en un fantasma; un criterio poco acorde con un sistema democrático.
Es preocupante que no haya una discusión pública y generalizada de ideas, una verdadera discusión. La democracia se basa en la participación pública, en el ejercicio de los derechos políticos por los ciudadanos. No se puede mirar las elecciones como si fueran algo ajeno; no se debe votar al candidato más simpático. En un régimen tan fuertemente presidencialista como el argentino, el presidente es la persona que gobernará el destino del país por los próximos cuatro años. Elegir un presidente es una decisión compleja que tiene amplias consecuencias.
Como dijo Jacques Tourette: "Hay que avivar la llama de la democracia para terminar para siempre con los gobiernos totalitarios."

7 comentarios:

FERNANDO SANCHEZ POSTIGO dijo...

Espero que salga lo mejor para Argentina, pero me temo que nada va a cambiar. La política se aleja cada vez más del ciudadano de la calle.

un abrazo.

guillote dijo...

Esta bueno tu blog, interesante y variadito...te felicito

Armorius dijo...

Desde fuera también, tantos enamorados de vuestro país esperamos que sea para bien.

Bueno y variado tu blog, y compartimos muchos gustos. Gracias por tu visita y por el enlace, que aprovecharé.

sebastian dijo...

ayer en cqc hubo un informe sobre "las elecciones"
y la verdad despues de ver a estos tipos no te daban ganas de ir el domingo
pero bua
es un deber civil



saludos

Mr. Pergio dijo...

Sabes que siento algo parecido.
La política en este país se alejó de las calles, la gente no sabe o no le interesa hablar de política. Después van y votan cualquier cosa, es una verdadera lástima.

Y con Cristina un cambio positivo va a estar difícil...

Anónimo dijo...

La democracia al final es un cuento...

el tema de que no haya debate es una verguenza, los K son muy, muy conservadores y van a seguir siéndolo.

un buen gesto "anti-menemista" (Adjetivo del cual se quiere caracterizar este gobierno) es dejar sin efecto la reforma constitucional del '94, que es otra verguenza.

Vilma DB dijo...

Las elecciones en Argentina: Democraticamente elgimos quien nos va a robar.