domingo, 6 de enero de 2008

Nunca más

Fragmento de la novela Cien años de soledad, escrita por Gabriel García Márquez.


La versión oficial, mil veces repetida y machacada en todo el país por cuanto medio de divulgación encontró el gobierno a su alcance, terminó por imponerse: no hubo muertos, los trabajadores satisfechos habían vuelto con sus familias, y la compañía bananera suspendía actividades mientras pasaba la lluvia. La ley marcial continuaba, en previsión de que fuera necesario aplicar medidas de emergencia para la calamidad pública del aguacero interminable, pero la tropa estaba acuartelada. Durante el día los militares estaban por los torrentes de las calles, con los pantalones enrollados a media pierna, jugando a los naufragios con los niños. En la noche, después del toque de queda, derribaban puertas a culatazos, sacaban a los sospechosos de sus camas y se los llevaban a un viaje sin regreso. Era todavía la búsqueda y el exterminio de los malhechores, asesinos, incendiarios y revoltosos del Decreto Número Cuatro, pero los militares lo negaban a los propios parientes de sus víctimas, que desbordaban las oficinas de los comandantes en busca de noticias. "Seguro que fue un sueño", insistían los oficiales. "En Macondo no ha pasado nada, ni está pasando ni pasará nunca. Este es un pueblo feliz." Así consumaron el exterminio de los jefes sindicales.

4 comentarios:

Francisco Ortiz dijo...

Como para no pensar.

FERNANDO SANCHEZ POSTIGO dijo...

Nunca pude leer esta novela. Se me atragantó. Un abrazo.

tennisjournalist dijo...

La triste historia tantas veces repetida.

Anónimo dijo...

Querido Mati:
Hoy al leer este escrito de García Márquez, no puedo dejar de emocionarme por los atropellos que se cometieron en nuestra historia común latinoamericana y fundamentalmente por tu sensibilidad.
Mamá